10 may 2013

Aprender a Ser feliz

¿CUÁL ES EL PROBLEMA?
En las siguientes líneas mencionamos algunos de los “problemas” que las personas suelen mencionar y que no las deja ser feliz:

El cuerpo no me funciona
Me duele, me sangra, me molesta, supura, se me tuerce, se me hincha, cojea, me arde, envejece, veo mal, oigo mal, es una ruina más cualquier otra queja que a usted se le ocurra.
Mis relaciones no funcionan           
Son sofocantes, exigentes, no están nunca, no me apoyan, siempre están criticándome no me quieren, jamás me dejan tranquilo(a), están todo el tiempo metiéndose conmigo, no se preocupan por mí, me llevan por delante, jamás me escuchan, etcétera. Más cualquier otra queja que a usted se le ocurra.
Mis finanzas no funcionan
Mis entradas son insuficientes, irregulares, no me bastan, el dinero se me va más rápido de lo que entra, no me alcanza para pagar las cuentas, se me escurre entre los dedos, etc. Más cualquier otra queja que a usted se le ocurra.
Mi vida no funciona
Jamás consigo hacer lo que quiero. No puedo contentar a nadie. No sé lo que quiero. Nunca me queda tiempo para mí. Mis necesidades y deseos siempre quedan postergados. Si hago esto no es más que por complacerlos. No soy más que un felpudo. A nadie le importa lo que yo quiero. No tengo talento. No soy capaz de hacer nada bien, etc. Más cualquier otra queja que a usted se le ocurra.
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Realmente las personas creen que conocen el problema, pero estas quejas no son más que el efecto externo de formas de pensar, que son internas. Por debajo de las pautas internas del pensamiento se oculta otra pauta, más profunda y más fundamental, que es la base de todos los efectos externos.
Las ideas y las palabras que usamos para explicar lo que nos ocurre o lo que pensamos crean nuestras experiencias futuras, estas ideas se expresan incluso en nuestra postura corporal y nuestros movimientos faciales. Aprendiendo a escuchar nuestras palabras (lo que decimos y cómo lo decimos), se puede entender fácilmente por que se tienen precisamente esos "problemas".
Aquí algunas preguntas para identificar que pautas de pensamiento le acompañan a usted:
·         ¿Qué está sucediendo en su vida?
·         ¿Cómo anda de salud?
·         ¿Cómo se gana la vida?
·         ¿Le gusta su trabajo?
·         ¿Cómo van sus finanzas?
·         ¿Cómo es su vida amorosa?
·         ¿Cómo terminó su última relación?
 

“El problema” casi nunca es el verdadero problema
Aquí algunos ejemplos:
Una persona preocupada de su aspecto va a un cirujano plástico a otro, y decía que lo único que conseguía era que cada vez se le viera peor. Cada profesional reflejaba su propia convicción de que era fea. El problema no estaba en su apariencia, si no en su convencimiento de que eso era un problema.

Un joven de 15 años diagnosticado con la enfermedad de Hodgkin, y con un pronóstico de vida de tres meses, deseaba desesperadamente ser actor. La persecución de la fama y la fortuna pesaba en él mucho más que su capacidad para el jubilo, creía que solo podría ser aceptado y reconocido en su valor si se hacía famoso.
El exceso de peso es otro buen ejemplo de cómo podemos desperdiciar muchísima energía en el intento de corregir un problema que no es el real. Es frecuente que la gente se pase años y años combatiendo el fantasma de la grasa, sin poder rebajar de peso. Entonces culpan de todos su problemas al exceso de peso, que en realidad no es más que un efecto externo de un profundo problema interior, que es siempre miedo y necesidad de protección. Cuando las personas se sienten asustadas o inseguras, o les parece que “no sirve para”, se refugian en los kilos extra como protección.

El verdadero problema

¿Por qué se autocritican las personas? ¿Qué hay de malo en ellas?
Las personas sienten que son demasiados altos, demasiados bajos, demasiados gordos, demasiados flacos, demasiados tontos, demasiados viejos, demasiados jóvenes, demasiados feos (esto último lo dicen con frecuencia los más apuestos y guapos). O si no, que es demasiado tarde, demasiado pronto, demasiado difícil, demasiado… casi siempre es “demasiado”algo. Finalmente, cuando llegamos a tocar fondo, me dicen: “es que no sirvo para nada”.

El problema central es que se critican porque se han aprendido a creer que “no sirven para nada”, en otras palabras: ¡no se aman a sí mismos!
 

entonces... ¿CÓMO SER FELIZ?
El amor es la cura milagrosa: si nos amamos, aparecen los milagros en nuestra vida. No estamos hablando de vanidad ni arrogancia ni engreimiento, porque nada de eso es amor: no es más que miedo. De lo que hablamos es de tener un gran respeto por nosotros mismos, y de estar agradecidos por el milagro de nuestro cuerpo y de nuestra mente.
El “amor” es apreciación llevada a un grado tal que llena el corazón hasta rebosar. El amor puede orientarse en cualquier dirección. 
Usted puedo sentir amor por:
El proceso de la vida como tal.
El júbilo de estar viva(o).
La belleza que veo.
Otra persona.
El conocimiento.
El funcionamiento de la mente.
Nuestro cuerpo y la forma en que funciona.
Los animales, aves y peces.
La vegetación en todas sus formas.
El universo y la forma en que funciona.
 
Lo opuesto a amarnos nos trae, entre otras cosas:
Regañarnos y criticarnos interminablemente.
Maltratar nuestro cuerpo con mala alimentación.
Alcohol y otras drogas.
Aceptar creer que no somos dignos de amor.
No atrevernos a cobrar un precio digno por nuestros servicios.
Crear enfermedades y dolor en nuestro cuerpo.
Demorarnos en hacer las cosas que nos beneficiarían.
Vivir en el caos y el desorden.
Crearnos deudas y obligaciones.
Atraer amores y compañeros que nos humillan.
De la manera que sea, negarnos nuestro bien, estos actos reflejan que no nos amamos a nosotros mismos.

La perfección de los bebes
¡Qué perfecto era usted cuando era bebé! Los bebés no tienen que hacer nada para ser perfectos; ya lo son, y actúan como si lo supieran. Saben que son el universo.
No tiene miedo de reclamar lo que quieren. Expresan libremente sus emociones. Uno sabe cuando un bebe está enojado, y además lo sabe todo el vecindario. También se sabe cuando están contentos, con esa sonrisa que ilumina toda la habitación. Los bebes están llenos de amor.
Los más pequeñitos pueden morirse por falta de amor. Cuando ya somos mayores, aprendemos a vivir sin amor, pero los bebes no son capaces de resistirlo. Además aman todo su cuerpo, tienen una entereza increíble.
Usted ha sido así; todos hemos sido así. Después empezamos a escuchar a los adultos que nos rodeaban, que habían aprendido a tener miedo, y empezamos a negar nuestra propia magnificencia.

¿qué elige usted? ¿quejarse de sus problemas ? o ¿aprender a amarse? 

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